Si bien es cierto que cada persona conduce su coche de una forma distinta, algunas de esas maneras no siempre son las más adecuadas.
Salimos de casa para ir al trabajo en coche y siempre seguimos la misma ruta. Lo que significa que el hecho de conducir al trabajo ya es una acción cotidiana del día a día. Estamos tan acostumbrados que ni siquiera nos percatamos de los cambios de marchas, frenazos o arrancadas que llevamos a cabo. En algunos casos estos trayectos son más rápidos, debido a la poca circulación que puede haber, o más lentos, ya que estamos en la carretera en una hora punta.
omo conductores no debemos perder el rumbo a la hora de conducir nuestro coche, ya que es de vital importancia prestar atención a la carretera y tener en cuenta que, en algunos casos, podemos dañar partes del sistema de nuestro vehículo sin darnos cuenta.
Una de las partes que más sufre debido a nuestra conducción es el embrague. Por eso desde Frenkit, te explicamos cuáles son las costumbres más comunes que pueden dañar el embrague de nuestro vehículo y que, inconscientemente, siempre hacemos.
Cómo funciona el embrague de nuestro coche
En anteriores posts ya comentábamos en qué consistía el embrague: El embrague o clutch permite la correcta transmisión de la potencia del motor a la caja de cambios, que finalmente pasa a las ruedas del coche.
Antes de proceder a arrancar nuestro vehículo debemos tener en cuenta lo siguiente: con la palanca de cambios en punto muerto giramos la llave de contacto. En este momento, el motor empieza a funcionar y el vehículo permanece encendido sin iniciar la marcha.
Pero, ¿por qué sucede esto? Pues bien, esto pasa porque la fuerza del motor no es transmitida al sistema de transmisión debido a que no hemos engranado ninguna marcha que transmita esa fuerza, es decir que, aunque aceleremos, el vehículo no se mueve. Algo similar ocurre en la posición de desembrague, cuando la marcha está puesta y pisamos el pedal de embrague. En éste caso es el embrague el que no estaría transmitiendo la fuerza al sistema de transmisión.
Ahora ya sí, llega el momento de accionar la primera marcha de la caja de cambios. En este momento, el embrague conecta la caja de cambios con el motor. Es aquí cuando surge lo que llamamos el proceso de embragado, que consiste en soltar el pedal de embrague y se produce un acoplamiento completo. Pero, ¿qué significa esto? Que tanto la caja de cambios, como el motor del coche, están conectados, lo que hace girar las ruedas según la marcha.
6 costumbres que dañan el embrague del coche
El desgaste del embrague suele deberse, no solo a un uso continuado, sino también al mal uso que estamos haciendo del pedal del embrague cuando conducimos. Por este motivo hemos querido traerte este post, en el que comentamos por qué se daña el embrague y cuáles son los hábitos más comunes a la hora de conducir:
Conducir con el pie en el pedal del embrague
Es importante recordar que únicamente debemos tener el pedal pisado en cambios de marchas, cuando frenamos o arrancamos. Muchos conductores tienen la costumbre de dejar el pie sobre el pedal de embrague, provocando así su desgaste continuo.
Aunque pensemos que no ejercemos la suficiente presión cuando el pie se encuentra en el pedal, estamos equivocados. Al tener este en el pedal, ejercemos una presión que se transmite al embrague, ocasionando así una separación entre el volante motor y el disco de fricción haciendo que este se desgaste poco a poco.
Por eso, te instamos a poner el pie en un lateral del pedal de embrague, en el espacio denominado reposapiés. De esta manera evitaremos tener que presionar el pedal de embrague inconscientemente.
Presionar el pedal del embrague cuando estamos en punto muerto
Podemos pensar que tener pisado el pedal de embrague con la marcha metida no desgasta el mecanismo de nuestro coche, ya que como el disco está libre, este no roza con ninguna otra pieza. Sin embargo, aunque esto sea verdad, los muelles de diafragma del plato de presión van perdiendo tensión poco a poco. Esto se debe a que, al estirar el cable del mando del embrague, acabamos por desgastar el cojinete de empuje. Así que no cometas este error. Cuando vayas a estar detenido con tu coche durante unos segundos, pon el punto muerto y suelta el pedal del embrague.
No pisar el embrague hasta el final en los cambios de marchas
Igual de dañino para el sistema de nuestro coche es pisar el embrague cuando no hay que utilizarlo, como no hacerlo correctamente cuando debemos emplearlo.
Si, como conductores, no accionamos el pedal del embrague ‘hasta el fondo’ no estamos desacoplando el sistema por completo, provocando así una fricción entre los elementos del embrague, desgastandose innecesariamente.
Utilizar el embrague cuando estamos en una pendiente
Si nos encontramos en una cuesta y estamos usando el embrague, este acabará por desgastarse y, por consiguiente, afectará a la vida útil de nuestro vehículo. Lo mejor es usar el freno de mano cuando nos encontramos en una pendiente. Aunque esta acción suele ser más utilizada por conductores noveles, muchos conductores expertos llevan a cabo esta costumbre para coger el punto del embrague sin que se nos vaya el coche para atrás. Gracias a él, tendremos más seguridad y no quemaremos tanto el sistema de embrague.
Acelerar demasiado cuando cambiamos de marcha
Muchos conductores no sueltan el acelerador por completo, al pisar el embrague cuando cambian de marcha; o lo pisan demasiado mientras sueltan el pedal lentamente.
Si el disco de fricción resbala en exceso estamos calentando este a la vez que se desgasta innecesariamente. Se trata de un componente que gira a la vez que la transmisión. Por eso, si las ruedas giran despacio (o apenas giran), pero el motor gira muy rápido, la diferencia de velocidades la está absorbiendo el disco de embrague.
Este error suele ser muy común en conductores noveles y en gente mayor. En los primeros, ya que al no tener experiencia al volante y estar nerviosos, no están acostumbrados a jugar con el pedal del embrague y el acelerador. Con respecto a los segundos, al perder fuerza en sus piernas y oir peor, no se percatan de que el motor está revolucionado.
Cargar el vehículo en exceso
No debemos sobrecargar el vehículo por encima de su carga máxima permitida, ya que a mayor carga en el coche, el sistema de embrague, los neumáticos o la suspensión, pueden llegar a sufrir serios daños.
Todos los componentes de nuestro vehículo tienen un margen de trabajo delimitado por el fabricante. Si superamos ese máximo, los elementos pueden llegar a dañarse, por lo que no responderán adecuadamente a nuestra conducción.
En Frenkit somos especialistas en recambios de frenos. Por eso, creemos que el sistema de embrague es un mecanismo que debemos cuidar y tener siempre a punto en nuestro vehículo.
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